Para muchas enfermeras, estar de pie y caminar más de 12 horas al día no es una exageración, es simplemente el trabajo. Entre rondas, emergencias y el cuidado interminable de pacientes, sentarse aunque sea unos minutos puede sentirse como un lujo.
Todo ese tiempo de pie ejerce una presión seria y continua en tus piernas. Con el tiempo, puede causar hinchazón, dolor, fatiga e incluso venas varicosas. Ahí es donde entran los calcetines de compresión. Pueden parecer un accesorio pequeño, pero hacen una gran diferencia.
Entonces, ¿qué hacen exactamente los calcetines de compresión? ¿Y por qué cada vez más enfermeras los consideran equipo esencial en el trabajo? En este artículo, explicaremos por qué las enfermeras usan calcetines de compresión y por qué tú también podrías considerarlos.
¿Qué son los calcetines de compresión?
Los calcetines de compresión no son un par de calcetines comunes. Están diseñados para aplicar presión controlada en tus piernas inferiores, ayudando a que tus vasos sanguíneos funcionen de manera más eficiente. Esto significa mejor circulación, menos hinchazón y más soporte durante largas horas de pie o caminando.
¿Cómo funcionan?
Los calcetines de compresión aprietan suavemente tus piernas, lo que ayuda a empujar la sangre de regreso hacia el corazón. Esto reduce el riesgo de acumulación de sangre en las piernas inferiores, una causa común de hinchazón, fatiga e incluso coágulos sanguíneos en personas que están mucho tiempo de pie o sentadas.
Tipos de calcetines de compresión
Hay dos tipos principales que las enfermeras usan comúnmente:
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Calcetines de compresión graduada: Estos son más ajustados en el tobillo y se van aflojando gradualmente a medida que suben por la pierna. Este diseño promueve el flujo sanguíneo ascendente y es ideal para personas que están mucho tiempo de pie, como las enfermeras.
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Calcetines de compresión uniformes: Estos aplican la misma cantidad de presión en todo el calcetín. Aunque son menos comunes en entornos de salud, aún pueden ofrecer soporte básico.

Comprendiendo los niveles de compresión
La fuerza de compresión se mide en milímetros de mercurio (mmHg), y diferentes niveles sirven para distintas necesidades:
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15–20 mmHg: Compresión leve. Buena para uso diario, fatiga general o si recién comienzas con calcetines de compresión.
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20–30 mmHg: Compresión moderada. Ayuda a manejar hinchazón leve, venas varicosas o estar de pie por períodos prolongados.
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30–40 mmHg: Compresión firme. Normalmente recomendada por un médico para condiciones más serias como insuficiencia venosa crónica o trombosis venosa profunda.
Beneficios de los calcetines de compresión para enfermeras
Alivia la fatiga y el dolor en las piernas
Las enfermeras pasan horas de pie, y toda esa presión en las piernas puede causar dolor, pesadez y fatiga muscular. Los calcetines de compresión ayudan a estabilizar los músculos de la pantorrilla, reducir la tensión y aliviar las molestias durante turnos largos.

Reduce la hinchazón en las piernas
Permanecer de pie por mucho tiempo a menudo causa acumulación de líquido en las piernas, lo que provoca hinchazón alrededor de los tobillos y las pantorrillas. Los calcetines de compresión fomentan una mejor circulación sanguínea y linfática, ayudando a eliminar el exceso de líquido y reducir la hinchazón.
Previene venas varicosas y coágulos sanguíneos
Las enfermeras tienen un alto riesgo de sufrir venas varicosas debido a la naturaleza de su trabajo. Los calcetines de compresión ayudan a mantener un flujo sanguíneo saludable, reducen la expansión de las venas y disminuyen el riesgo de desarrollar venas varicosas o trombosis venosa profunda (TVP), especialmente importante para quienes tienen antecedentes familiares o permanecen de pie durante muchas horas.
Mejora la circulación y aumenta la resistencia
Al promover el flujo sanguíneo de regreso al corazón, los calcetines de compresión mejoran la circulación general. Esto ayuda al cuerpo a eliminar los desechos de manera más eficiente y permite una mejor resistencia y recuperación más rápida durante y después de turnos largos.
Aumenta la comodidad y la concentración en el trabajo
Cuando tus piernas se sienten mejor, tú rindes mejor. Con menos hinchazón y dolor, las enfermeras pueden mantenerse concentradas, moverse con más comodidad y sentirse más estables sobre sus pies. Los calcetines de compresión brindan el soporte justo para seguir adelante incluso en los días más ocupados.
Cómo elegir los calcetines de compresión adecuados como enfermera
Encuentra el nivel de compresión adecuado
Al elegir calcetines de compresión, no es necesario optar por la presión más alta. Para la mayoría de las enfermeras, 15–20 mmHg o 20–30 mmHg es suficiente para aliviar la fatiga y la hinchazón por largas horas de pie. Los calcetines de mayor presión (30 mmHg en adelante) son de grado médico y solo deben usarse si un médico lo recomienda. En resumen: la compresión ligera a moderada funciona para el uso diario, y los niveles más fuertes son para necesidades médicas específicas.
Elige la talla correcta
El tamaño adecuado es clave para que los calcetines de compresión funcionen. Deben ajustarse suavemente a tu piel, nunca demasiado apretados ni que se claven. La parte superior debe quedar justo debajo de la rodilla; si es demasiado corta, puede presionar la pantorrilla y causar incomodidad o restringir la circulación. El calcetín debe quedar ajustado alrededor del talón y el tobillo sin deslizarse. Si se siente incómodo o se baja, probablemente sea la talla incorrecta, y es mejor reemplazarlo lo antes posible.
Prioriza telas transpirables y que absorban la humedad
Como estarás de pie todo el día, elige materiales que permitan que tu piel respire y absorban el sudor. Busca mezclas que incluyan nylon, spandex o fibras especializadas en control de humedad. Evita calcetines que se sientan gruesos o sofocantes, especialmente en ambientes cálidos.

Considera la facilidad de uso
Algunos calcetines de compresión pueden ser difíciles de poner, especialmente los de compresión más alta. Busca calcetines con un buen equilibrio entre elasticidad y soporte. Consejo: ponértelos a primera hora de la mañana (antes de que tus piernas se hinchen) puede facilitarlo.
Combina con tus necesidades laborales y estilo
Los usarás con frecuencia, así que encuentra pares que coincidan con los requisitos de tu uniforme, preferencias de color o estilo. Muchas marcas ahora ofrecen calcetines de compresión con estampados divertidos, tonos sutiles e incluso versiones invisibles, sin comprometer el rendimiento.
No esperes hasta que tus piernas duelan
Los calcetines de compresión no son cuestión de estilo, son una herramienta simple pero poderosa para proteger tus piernas. Para las enfermeras que están de pie y caminan todo el día, ayudan a reducir la tensión, mejorar la circulación y aumentar la comodidad antes de que aparezcan problemas. No esperes a que aparezcan hinchazón o dolor. El par correcto de calcetines podría ser tu esencial de trabajo más subestimado.
Preguntas Frecuentes
¿Cuánto tiempo debo usar calcetines de compresión?
La mayoría de las enfermeras usan calcetines de compresión durante todo su turno, a menudo de 8 a 10 horas. Eso es perfectamente seguro para niveles de compresión ligeros a moderados (15–30 mmHg). Solo asegúrate de quitártelos cuando llegues a casa para dejar descansar tus piernas.
¿Quieres una guía más detallada sobre cuánto tiempo usar calcetines de compresión cada día? Consulta nuestra guía completa: ¿Cuánto tiempo debo usar calcetines de compresión?
¿Puedo dormir con calcetines de compresión?
Generalmente, no, a menos que un médico lo prescriba. Al estar acostado, el flujo sanguíneo cambia, por lo que normalmente no se necesita compresión durante el sueño. De hecho, dormir con ellos innecesariamente puede causar incomodidad o restringir la circulación.
¿Con qué frecuencia debo reemplazarlos?
Los calcetines de compresión pierden elasticidad con el tiempo. Si se sienten flojos, dejan de ajustarse o ya no ofrecen un soporte firme, es hora de reemplazarlos, generalmente cada 3 a 6 meses dependiendo del uso y la calidad.